según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. De igual manera podemos ver al diablo y la carne vinculados en varios pasajes como: Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica (Stg. 3:15). Si el cristiano dejara de amar al mundo y crucificara la carne, el diablo no encontraría tanto terreno fértil para sus maquinaciones. El interés primordial del enemigo es atacar a fin de derrotar al cristiano. El creyente representa
Page 16